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martes, 28 de junio de 2011

La Hoja Parroquial de la Moda.

Sumario.
1. "Me llamo Sylvie y soy adicta a las compras en el aeropuerto". "Hola Sylvie".
2. ¡Cuidado con las Rebajas!
3. Accessorize + Matthew Williamson, ¡nada más y nada menos!
4. Confieso que he caído con las Swedish Hasbeens, ¡y no me arrepiento!
5.  Un mini biquini de "Pampa Flowers".
Staff.
Directora, redactora, fotógrafa y chica de los cafés: Sylvie Tartán.

1. "ME LLAMO SYLVIE Y SOY ADICTA A LAS COMPRAS EN EL AEROPUERTO". "HOLA SYLVIE".
Sí, amigos, estoy en un grupo de apoyo a adictos a las compras aeroportuarias pero es que claro, frecuentando asiduamente aeropuertos como el de Madrid o el de Barcelona, ¡es difícil no caer! Y si a ello le sumamos los retrasos de los vuelos, que yo no soy el adalid del ahorro, precisamente, y que tengo la manía de llegar una hora antes del embarque, pues ya tenemos hecho el lío. Además siempre son cosas que realmente NECESITO. Eso le digo a mis compis del grupo de Compradores Compulsivos Aeronáuticos, aunque, no os puedo negar que se quedan un poco perplejos cuando les enumero mis compras. Por ejemplo, las bailarinas de Carolina Herrera http://www.carolinaherrera.com/, imprescindibles para pasar el control sin necesidad de descalzarme. Así evito coger un papiloma o perder la dignidad con las podo-bolsitas-plásticas.

Todas las fotos están hechas en el aeropuerto correspondiente. T4 de Barajas.
O las Ray-ban http://www.ray-ban.com/spain, de pasta, modelo Cats 5000 en degradé. La parte superior comienza en un marrón caramelo y termina en un gris nubarrón primaveral. Las necesito para evitar la claridad del aeropuerto, con esas luces blancas y esos ventanales que me deslumbran y pueden provocarme fotofobia y quien sabe si alguna lesión en la retina. Además ahora que empiezo a ser famosa, necesito llevarlas para que todo el mundo lo sepa.

T4 de Barajas. Al fondo "Pequeñas Mentirosas" de Sara Shepard, novela en la que se inspira la serie de TV.
O la camiseta de Maison Scotch, http://www.scotch-soda.com/webstore/, con manga francesa para evitar el constipado provocado por los aires acondicionados, y un mensaje optimista para ser bien recibida cuando llegue a mi destino.
T1 de Barcelona.
Como véis, todo, todito lo necesitaba. A pesar de mi argumentación, decidieron requisarme mis tarjetas de crédito. Snif.

2. ¡CUIDADO CON LAS REBAJAS!
¿No habéis llegado a casa alguna vez, tras una dura jornada de rebajas con prendas surrealistas que jamás compraríais si no llega a ser por el descuento? Aquí van unos pequeños consejos para evitar estos males.


- Intentad llevar siempre una lista de lo que realmente necesitáis. Si la seguís, genial y si no, ¡aprovechad el gustazo que da saltársela!
- Procurad ir con dinero en efectivo, que luego con la tarjeta, ya se sabe las sumas mentales que hacemos. Que si 2 + 2 son 3,5 y cosas así. Y luego vienen las sorpresas.
- Haceos acompañar por vuestro marido, mujer, hermano, amiga... que os ayude a reprimiros si no sois capaces de no sucumbir ante las tentaciones.
- Cuidado con los trastornos mentales transitorios que producen los descuentos. Aunque sea barato, si no os lo vais a poner, os saldrá caro. ¿Para que te compras un falda hawaiana si tu estilo es minimalista?
- Invertid en buenas prendas y complementos y dejaos de baratillos que no van a ninguna parte.
- Y por último, echad un ojo a este reportaje de Informativos de Antena 3 en el que, la que os escribe, os da algún que otro consejo más. Consejos para las rebajas con Sylvie Tartán.
¡UTILIZAD A LA MODA! ¡QUE LA MODA NO OS UTILICE A VOSOTROS!

3. ACCESSORIZE + MATTHEW WILLIAMSON, ¡nada más y nada menos!
El creador británico Matthew Williamson, quien comenzó su carrera siendo uno de los diseñadores de Accessorize, ha diseñado para esta marca, www.accessorize.es/, una original pulsera que podéis comprar por solo 23,50 euros, con el fin de recaudar fondos  para “Monsoon Accessorize Trust”, ONG fundada por Accessorize, y “Too Many Women” dedicada a la lucha contra el Cáncer de Mama.

Uno de los modelitos del genial Matthew Williamson, http://www.vogue.es/

La pulsera de Accesorize diseñada por él, http://www.accessorize.es/
La pulsera se compone de 10 amuletos dorados o charms, entre ellos las letras T M W por el nombre de la organización “Too Many Women” y que coincide con las iniciales de Matthew Williamson. La llamativa cinta en colores flúor plasma sin duda el particular y colorido estilo del joven diseñador.
El 50% de los beneficios de las ventas de la pulsera irá destinado a la Organización Too Many Women para dicha investigación, mientras que el otro 50% de los beneficios se donará a la Organización Monsoon Accessorize Trust  que ayuda a más de 10.000 mujeres y niños necesitados en Asia en proyectos centrados en la Educación, el Trabajo y la Salud. Los fondos obtenidos de dicha colaboración irán destinados a las mujeres de la India afectadas por el Cáncer de Mama.
¿Os he convencido? ¡Espero que sí! Yo corro a comprarme una, ¡por lo menos!


4. CONFIESO QUE HE CAÍDO CON LAS "SWEDISH HASBEENS" Y ¡NO ME ARREPIENTO!
Sí, queridas, por fin algo chic y ¡¡comodísimo!! Me he comprado unas Swedish Hasbeens, http://www.swedishhasbeens.com/, a las que es absolutamente adicta Sarah Jessica Parker y no me extraña.

Me ha costado, no os creais. Cuando me las probé me las vi un poco zapatones, aunque eran tan confortables, que no me las podía quitar. Le pedí a Eva, de Parisienne, http://www.parisienne.es/, que por favor me enseñara las fotos de Sarah Jessica con ellas. Las vi, volví al espejo. ¡Vuelve a enseñármelas, por favor! Y una vez confirmado su espíritu glamouroso, pasé mi Visa, y me las llevé puestas. ¡Y hasta hoy! Casi no me las quito ni para dormir. ¡Haced la prueba, lectoras adictas al stiletto! Con ellas vais a seguir estando muy altas pero también muy cómodas.  Yo me las he comprado en verde y las suelo combinar con una cestita vintage de picnic. Una alternativa diferente a la clásica alpargata veraniega.

"No sin mis zuecas", ése es el lema.

5.  UN MINI BIQUINI DE "PAMPA FLOWER".
Confirmado, lectores, ¡a la vejez viruelas! Me he comprado un mini biquini de la marca Pampa Flower, http://www.pampaflower.com/espanol.html. Hechos artesanalmente por Carolina Guidi y Martin Avendaño que iniciaron esta empresa en los resorts de Brasil, California, el Caribe y el Mediterraneo, siempre que iba a Sitges y pasaba por su boutique, me encantaban, pero nunca me había atrevido a probarme ninguno. ¡Son tan minúsculos! Y esto de haber sido educada en colegios de monjitas, es lo que tiene.
Pero el otro día sucumbí y caí de lleno en la tentación.  Decidí quitarme el gusanillo y ponerme el biquini. Y "voilá", ¡me llevé uno! De ante gris y rematado en un estilo rústico chic. Ahora sólo espero que no se convoque una junta extraordinaria de propietarios prohibiéndome su uso.

Tatiana intentando convencerme de que una talla menos me valía perfectamente, ¡¡ni hablar!!
Os comento que la marca se encuentra en plena expansión a Francia pero también la podéis encontrar en Barcelona y como os he dicho en Sitges. En mi urbanización en Madrid, ¡seguro que no hay ninguno igual! Por ahora...

La foto menos escandalosa que conseguí hacerme.
DIRECCIONES
En cada una de las páginas web encontraréis dónde comprar cualquiera de las marcas que menciono. Si no lo encontráis, enviadme un mail y encantada, os buscaré yo el punto de venta más cercano.
¡¡Besos y feliz ola de calor!!

Sylvie Tartán.

jueves, 23 de junio de 2011

"¡Terror en el hipermercado, horror en el ultramarinos!"

Queridos amigos, comienzo esta entrada con un pedacito de la canción de "Alaska y Los Pegamoides", que me viene que ni al pelo, para hablaros hoy de las buenas maneras en el supermercado. Sí, ése lugar donde entre latas de sardinas y cajas de galletones,  la gente a veces pierde el norte y la decencia en un ánimo desenfrenado de... ¿sobrevivir? Ese habitáculo más o menos grande, en el que, entre alcachofas y pilas alcalinas, las leyes habituales de la Física no funcionan: las "cajas rápidas" son las más lentas y las que parecen que echan a andar, se detienen en cuanto nos incorporamos a ellas.

Viñeta ad hoc de Mauro Entrialgo, http://www.mauroentrialgo.com/.
Ese espacio diáfano en el que, entre champús y croquetas congeladas, ya no te dan una bolsa para llevar tu compra bajo el pretexto de salvar el planeta pero te la venden para que, no sólo no lo salves, sino que te arruines.
Leed, leed, que lo que os relato tiene sustancia, eso sí,  libre de aditivos, conservantes y colorantes.

Vida sana, ¡qué aburrimiento!

Y  vamos pues con Quince Mandamientos básicos para desenvolvernos en este tipo de establecimientos. No os niego que se le pueden añadir muchos más pero el espacio y el tiempo, tanto el vuestro como el mío, son limitados. Así que no me demoro, ¡a por el primero! ¡Ole, ole y ole!

1. No tapones con tu carrito, cesta o cochecito de niño, el único acceso por donde yo puedo pasar. 
Si el pasillo es estrecho, no te hagas el loco/a y no me hagas desandar lo andado para dar un rodeo por otro pasillo y poder llegar justo a donde estás tú. Ten consideración que sé que me has visto perfectamente. Y si pido perdón acompañado de un por favor para que te apartes, no me mires con cara de pepino deportado, como si te hubiera pedido que me entregaras a tu primogénito para sacrificarlo, ¡qué no es para tanto!


Mantequilla, nata, quesos... por aquí ya vamos mejor.
2.  Si ves a alguien con dificultades para leer una etiqueta o para coger algo que está alto, ayúdale.
Aunque no recibamos un sueldo de la cadena de supermercados, no nos pasa nada por ayudar a alguien "en apuros".  Daos cuenta de que la vista cansada nos afectará a casi todos tarde o temprano y si no queremos sorpresas kármicas, lo mejor es ir ayudando ya.
Si somos nosotros los que recibimos la ayuda, no nos olvidemos de dar las gracias. Eso sí, ¡cuidado con hacer muchas migas! Me explico. Una encantadora ancianita me pide que, por favor, le mire un precio. Amablemente se lo leo y caigo en la trampa con todo el artesonado. ¡Ya no me deja escapar! Me habla de su familia, de lo que usan, de lo que no usan, de lo bueno que es lo natural, de lo que debería usar para mi piel, para mi pelo... Yo voy dando pasos hacia atrás procurando la separación de cuerpos, pero ella soluciona esta circunstancia adversa alzando más la voz. ¡No hay posibilidad de huida! Claudico y saco un pañuelo blanco del bolso en señal de rendición. Señora, soy toda suya. Me estaba usted contando que su tatarabuela usaba para la piel... ¿qué tipo de jabón?

Los famosos tonos flúor que tanto están de moda.

3. Si preguntamos algo a algún empleado del supermercado, siempre hay que hacerlo con un "por favor" por delante y un "gracias" por detrás.
Los buenos modales, ¡en todos los sitios, please! Y lo mismo para los empleados. Que a veces piensas que son robots sacados de alguna antigua película de Asimov porque los de las modernas, ya hablan y se lo pasan pipa.
Como os iba diciendo, vas a que te pesen la fruta con la mejor de tus sonrisas y con las dos palabras mágicas, y nada, no hay manera, no articulan palabra durante todo el procedimiento. ¡Uf! ¿No se dan cuenta de que lo bueno dura poco y que si trabajan alegres se pasa más rápido la jornada?

Tuve que comprar uno de esos archivadores, ¡todavía no sé cómo lo conseguí sin ayuda! 

4. No quiero notar tu aliento en mi nuca cuando estoy en la cola del súper. Apártate un poco.
Y esto es aplicable a cualquier cola: del banco, del aeropuerto, del cine... ¿Por qué hay gente que se pone a dos centímetros de ti? Por favor, respeta mi E.M.A. (Espacio Mínimo de Aire), que yo no voy a ir más rápido por mucho que te acerques, sino todo lo contrario. Ya no es el primero que tiene que dar marcha atrás con su carrito para poder dejarme firmar el resguardo de la Visa. ¡Aire, aire, por favor!


Sylvie buscando "hombre congelado", pero no lo hay. Snif.

5. Cotillea todo lo que puedas sobre lo que compran tus vecinos. Conocerás muchas cosas de su estilo de vida.
Me explico. A ver, lo ideal sería que hubiera cabinitas individuales a la hora de pagar en un súper y también, aprovecho para decirlo, a la hora de comprar en las farmacias donde pierdes la dignidad haciendo públicas tus miserias humanas. ¿Por qué todo el mundo tiene que enterarse de lo que estoy comprando? Si me llevo varias cajas de donuts para darme un atracón o si compro preservativos a granel o bastoncillos para hurgarme los oídos.
Pero como no es posible tener intimidad y a tus vecinos les pasa otro tanto, ¡¡aprovéchalo y cotillea!!  ¿Te crees que ellos no lo hacen? ¡Ja!

Martinis. Y Actimeles compensatorios.
6. Cuando hay un puente o un festivo, ¿es estrictamente necesario ir a avituallarse al súper como si hubiera estallado una guerra?
Piénsalo, ¿realmente es imprescindible ir al súper la víspera? ¿No tienes suficiente comida en casa? ¿Crees que puede ser que los supermercados no vuelvan a abrir jamás? Cavila sobre ello. ¿No habrás visto demasiadas películas de ciencia ficción últimamente?


Planchas en todos los colores de la temporada.
7.  ¡No te cueles!
Dispuesta a colocar mis cosas en la cinta para que me las cobren, sale un ser antopomorfo (o sea, con cuerpo de hombre pero sin cerebro humano) de no sé dónde, con su cesta repleta, adelántandose a mi y diciéndome que él estaba allí. O hay cinco dimensiones y yo me he perdido la quinta o no entiendo nada. Me quedo sin habla pero le fulmino con la mirada y por no montar un número, me callo. Le sigo fulminando con la mirada. Y sigo. Nada, no le causo ningún daño físico ni psicológico. Otro día será.

Los hipermercados venden libros como churros, gracias a Dios.

8. Si llevo una sola cosa y tú, estás delante de mi, con el carrito lleno, ¡déjame pasar sin necesidad de pedírtelo!
De nuevo me tropiezo con otro ser antropomorfo delante de mi en la cola. Sí que hay especímenes por esta zona, ¡Dios nos asista! Éste además lleva la compra del mes, vamos, el carro a reventar con las cosas más apretadas que los tornillos de un submarino. Y yo sólo llevo un tímido y humilde paquetito de pan de molde. Me mira varias veces y no, no dice absolutamente nada. Comienzo a desear que justo al salir, un trailer le pase por encima, a él y a su compra. Ya me imagino a los dos, confundidos en un amasijo de vísceras, fruta pisoteada y latas descuartizadas. Ummmm. Despierto de mi sueño y sigue ahí, colocando leeeeenta y perezooooosamente su odiosa compra. Para calmar mis nervios me pongo a cantar en alto. Pero necesitaría haber recibido varias clases de yoga para saber tranquilizarme o también bastaría con unos cuantos pinchazos de acupuntura en algún sitio del cuerpo de este energúmeno, ¡no del mío! para poder irme satisfecha y relajada. 

El botiquín de emergencia. ¡Una de mis secciones favoritas!
9. No te comas las cosas antes de pagarlas.
¡Qué mal queda, de verdad! Me da igual que le haya llegado la hora de la merienda a tus niños o que tú creas que no eres capaz de esperar unos minutos. Es horrible llegar a la caja con un arrugachado envoltorio diciendo que te cobren ese trozo de... ¿basura? ¿Es que no eres capaz de controlar tus instintos más bajos? Inténtalo, ¡ya verás como no te pasa nada! Y a tus hijos edúcales bien y que aguanten también unos minutos.
"Por lo menos lo pagamos", me diréis. Vale sí, eso es mucho mejor que no hacerlo, ahí me habéis pillado.
Aguas en rebajas, ¿a dónde iremos a parar?

10. No robes nada, pero si se han olvidado de cobrarte algo, ¡sal corriendo y no mires atrás! Me dirijo a la sucursal de una gran cadena de supermercados para comprar, entre otras delicias, un pequeño gran alijo de jamón ibérico para convidar a unos amigos. Cuando llego a casa, compruebo que la charcutera, ha omitido en la cuenta el importe del jamón. ¿¿Cojo el coche, de nuevo y salgo disparada para reclamarles la cobranza de lo que se han olvidado?? Hombre... ¡pues no! Pienso que en estos lugares ya te cobran un porcentaje por posibles robos y yo nunca les he robado. Me tomo el detalle del jamón como una pequeña indemnización por mi honestidad para con ellos en todos estos años. Eso sí tardo unos cuantos meses en volver por allí no vaya a ser que se acuerden de mi jeta, y nunca mejor dicho.

Productos para nuestras queridas mascotas. ¿Por qué no han puesto aquí los productos de higiene masculina?

11. Conserva tu buen porte en todas las circunstancias.
Se me cae una lata de espárragos en el empeine del pie al colarse entre los alambres del carrito. Siento un dolor agudo que casi me nubla la vista. Estoy al borde del mareo, me arde el pie y la cara se me sonroja, pero muy digna y sin cojear me dirijo a una esquina, me agarro a una columna llena de sopas de sobre y como si fuera una cariátide espero a que el dolor y la fiebre se vayan atenuando. En cuanto recupero el aliento y casi la consciencia, continúo andando como si nada. ¡Divina de la muerte, siempre!

Aguas pijas.

12. No atropelles a nadie con el carrito, aunque sea tentador. Sí, ya sé que has tenido un mal día y que tienes ganas de fastidiar a alguien, o que simplemente llevas mucha prisa. Piensa por qué realmente llevas tanta prisa, por cierto.
También sé que los carritos tienen vida propia y se van al lado que más les interesa. Aún así, procura no atropellar a nadie. No sabes lo desagradable que es notar en tus talones uno de estos artefactos malignos.

Arsenal preparado para la guerra.

13. Controla tus impulsos asesinos cuando te tropieces con "Los Compradores de Multi Producto".
¿Quienes son? Aquellos que en las zonas en las que hay que hacer una cola específica (frutería, carnicería, pescadería...) llevan una lista que ya quisiera Schindler en sus mejores tiempos y cuando ya la han acabado, recurren a su memoria y se acuerdan de más cosas que tenían que comprar. ¡Por el amor de Dios! ¡Que me he convertido en estatua de sal detrás de usted! Un poco de caridad...

Y a mi que me gusta el olor de la comida para perros. Definitivamente, tengo que hacérmelo mirar.

14.  Pon el cartelito de "Próximo cliente" tras colocar tu compra, para que, el que viene detrás, pueda empezar a acomodar la suya también.
Un sencillísimo gesto que no cuesta nada y que, yo al menos, agradezco.

15. El súper no es una playa ni una piscina.
¡Vístete, por Dios! Que no cuesta tanto. Y yo me quejo de las chanclas... ¡Si supiérais lo que he tenido que ver hoy! ¡A un vecino en toalla! Sí, gracias al Cielo, llevaba el torso tapado, pero las ancas bien arropaditas con una toalla en lugar del clásico, pero parece que denostado en verano, pantalón.
¿Qué tipo de trastorno estival nos invade?
 
El verano en el súper, ¡qué divertido! (Es irónico, aviso).
Y nada más amigos, creo que con esto, por ahora, es suficiente. Mis agradecimientos a todos los supermercados que han colaborado de manera desinteresada, y sin saberlo, en este "post".
No os olvidéis de cumplir estas sencillas normas y de aderezarlas con una buena sonrisa, que estoy segura de que no os costará nada, especialmente en el Décimo Mandamiento. Entre todos, hagamos que ir a la compra sea algo más saludable y feliz.
Os deseo un puente o un fin de semana o un festivo + fin de semana, maravillosos. Yo estaré de viaje así que tened paciencia para la próxima entrada. ¡Nos vemos pronto!
¡¡Un beso grande!!

Sylvie Tartán.

viernes, 17 de junio de 2011

¡Quiero ser mamá! (Parte II)

Queridas futuras mamás y mamás recientes, os debía esta entrada desde hace tiempo y por fin, he encontrado el hueco para dedicárosla. Os prometo muchas más y si no... ¡dadme un tirón de orejas, por favor!
Y es que creo que viene muy bien ahora hablar de mamás porque estamos en pleno "baby boom" o eso me parece a mi cuando voy por la calle, porque, os aseguro que no paro de ver barriguitas últimamente. ¿Pero no venían los niños de París y en cigüeña? ¡¡Qué lío!!
De lo que no hay duda es de que, cigüeñas, las tenemos autóctonas y estupendas, que vuelan tan bien como un F18 y traen al bebé en un hatillo monísimo de encaje de Camariñas para los papás del Norte, de bordados de Lagartera para los del Centro y de tejidos alpujarreños para los del Sur. ¿Quien necesita a las de París?

Cigüeña española fotografiada en pleno vuelo por www.callatelaboca.com/.  Aquí podréis comprar esta lámina y muchas cosas más, ¡todas monísimas! 

El caso es que, el bebé en cuanto llega a su destino, tiene de todo. Ajuar, biberones, canastilla, cuna, bañerita, hipoteca... Él es el centro de atención, de mimos y de cariño. Pero, ¿y las mamás? ¿Quien se ocupa de ellas? Pues aparte de su marido y el resto de hermanitos del recién nacido si los tiene, MIMAMÁSEMIMA, http://www.mimamasemima.com/, un espacio on line, decidido a ayudar a las nuevas generaciones de madres para que se sientan guapísimas y comodas al dar el pecho a sus hijos.

Sus fundadoras, Ana y Claire, castellana y francesa respectivamente, decidieron un día unirse y ocuparse de un sector, no tan pequeño, pero sí bastante desatendido.
Claire aportó su chic francés y su experiencia -profesional- en comercio internacional y su experiencia -personal- como mamá de bebés lactantes, y Ana, su gran bagaje en el sector del marketing, como directora creativa de un estudio de diseño. Juntas formaron este tándem perfecto y crearon Mimamásemima, que básicamente se ocupa de seleccionar prendas y accesorios con los que hacer más llevadera y coqueta la vida de las mamás recientes y de las que pronto se estrenarán en la maternidad.

En Mimamásemima seleccionan con cariño personal, las firmas que van a ocupar su catálogo cada temporada: Annee Matthew, Mothers en Vogue, Dote Studio, Pomkin... Y apuestan, siempre que pueden, por la sostenibilidad ambiental, seleccionando prendas hechas con bambú y algodón orgánico, por ejemplo. Así que no es raro ver un corazón verde en las fotos de las prendas, a modo de señal de que son ecológicas. Y aquí no podemos menos que decirles que se han adaptado rápidamente a las nuevas tendencias en moda que irremisiblemente caminan hacia esta premisa: El respeto a nuestro maltrecho planeta. ¡Enhorabuena!

Vestido ECO de Mothers en Vogue.
Aparte, y eso ya sabéis que triunfa en El Purgatorio, Mimamásemima ofrece un trato personal y familiar. Prueba de ello es que a través de la asociación Multiacta, os da un servicio gratuito de asesoramiento en lactancia materna. Así que ya sabéis, si se acerca el momento y estáis hechas un mar de dudas porque es la primera vez que os enfrentáis a tamaña función que nos ha otorgado la Naturaleza, ¡no lo penséis más! Poneos en contacto con ellas que harán todo lo posible por ayudaros a despejar todas vuestras incertidumbres sobre el tema.

Camiseta de "Dote Studio".
En Mimásemima piensan en todo tipo de mamás. Y uno de mis modelitos favoritos es el de la "mamá novia". ¡Me encanta que hayan resucitado el concepto! Ahora que si alguien se casa, lo hace por amor (sí, ¡¡ya sé que habrá excepciones!!) qué mejor que hacerlo por un amor doble al papá y al niño que ha llegado ya, o está a punto de hacerlo, porque este vestido es adaptable a ambas situaciones, al embarazo y al post embarazo con lactancia. ¿No pensarías no invitar a vuestro bebé a la boda?

Vestido de "Pomkin"

Tampoco es fácil, tener que asistir a una boda o a cualquier otro gran evento en pleno período de crianza, ¡y no tener canguro con quien dejar al bebé! Si es tu caso o te ves imposibilitada para dejarle en manos de otra persona en sus primeros meses de vida, (¡yo sería así, seguro!), pues vas a tener que vestirte de alguna forma en la que no necesites hacer un striptease cuando tu hijo necesite su almuerzo, aperitivo o cena. Aquí piensan en todo. Y tienen vestidos de fiesta que te permiten cumplir como mamá sin necesidad de que hagas un curso de ingeniería ni malabarismos con la ropa. Podrás darle el pecho a tu niño con discreción y glamour.

Vestido de "Pomkin". También lo hay en corto.

Y viendo las fotos algunas pensaréis, ¿dónde está el truco? Pues todas las prendas que veis, tienen un sistema, por un sitio o por otro, que permite lo que os he dicho, dar el pecho sin la necesidad de desnudarse ni llamar mucho la atención. Recordemos que en este país todavía carecemos de la costumbre de ver a mamás amamantando a sus hijos en lugares públicos.

"Mothers en Vogue".

Y como siempre, y porque queremos que las mamás sigáis estando lo más sexys posible, hay que cuidar también el interior. En lencería y baño asistimos a una vorágine de estilo retro que particularmente me encanta. Y Mimamásemima, también ha sucumbido a este estilo años 50. Sabemos que la lencería color visón es de las más odiadas pero también de las más útiles para vestirse. En este conjunto han sabido combinar colores para, sin dejar de ser bonito, obtener todas las ventajas de unos tirantes que se confudirán con tu color de piel, sin renunciar a la estética. Y por supuesto, todo adaptado a la lactancia.

 

Conjunto de "Made in Femme".
Y además de prendas, también tienen cosmética orgánica. Me encanta este "Fluido reconfortante", reparador y calmante y apto no sólo para el bebé sino para toda la familia. Inspirado en una vieja receta, se ofrece como unos primeros auxilios para cualquier golpecito o raspadura. ¡Yo tendría que comprarme litros de este ungüento balsámico!

Douces Angevines, baume à Bobo

Y esto no es todo, queridas mamás. Para conocer esta empresa en su plenitud tendréis que navegar un rato, ahora que viene el buen tiempo, por los mares de http://www.mimamasemima.com/, donde Ana y Claire os aportarán un viento favorable y estarán encantadas de atenderos haciendo honor al nombre de su empresa, con mucho mimo y cariño. ¡¡Felicidades a todas las mamás!!
Y yo por el momento voy haciendo prácticas, ¡quizás perpetuas!, con mis queridos sobrinitos Hugo, Iago y Pablo, que como siempre, han estado encantados de posar para el Purgatorio de su tita Sylvie. ¡Os quiero, pequeñines!

Sylvie con Pablo en brazos, Iago y Hugo.
La próxima semana más. No os lo perdáis porque hablaremos de los buenos modales en ... ¡el supermercado! ¿Pensabáis que ahí no había reglas? Pues sí, las hay, y sobre todo, tenemos que recordarlas para una mejor convivencia. Debería repartir panfletos por mi barrio con ese post.
¡Besitos y muy feliz fin de semana!

Sylvie Tartán.

lunes, 13 de junio de 2011

"La Recova", un encantador recoveco en El Rastro de Madrid.

Queridos amigos, el otro día me pasó algo inédito. Paseando por Madrid, entre carteles de "Se vende", "Se alquila", "Se regala pero quítenme la hipoteca de encima, por el amor de Dios", de pronto escuché el ruido de máquinas trabajar y supongo, que de hombres que, al menos, las dirigían.  Recordé la primera película de la saga "Transformers" y me asusté. ¿Me atacarían? Pronto vi que eran inofensivas y que, todo lo contrario, seguramente constituían un pequeño brote verde en el erial inmobiliario en el que se ha convertido esta ciudad. Y yo, ¡lo había descubierto! Estaba casi tan contenta como cuando era niña y encontraba un trébol de cuatro hojas.

Esta visión me llevó a pensar que hay personas que necesitarán en breve decorar su nueva casa, que dejarán casas vacías que ocuparán otros y que... ¿a quien no le queda un huequito en su hogar para una pieza especial?
Alentada por todos estos pensamientos positivos, cambié de rumbo, me introduje en las fauces del Metro y dejé que, entre bamboleos, me transportara al centro. En concreto, al barrio de La Latina.

http://colectivolalatina.org/wordpress/

Y ya sabéis que soy amante de los objetos de antaño, que para mi un hombre mayor no es un viejo sino un "hombre vintage" y que abogo por la vuelta a las antiguas costumbres y modales, "O tempora, o mores!" Así que me encaminé toda contenta a un lugar que desde hacía tiempo quería conocer personalmente: LA RECOVA, http://www.recova.es/.  Hasta ahora mi curiosidad había sido virtual -por internet- y virtuosa, -aún no había caído en ninguna de sus tentaciones y no por falta de ganas. Pero hoy LA RECOVA me esperaba con las puertas abiertas y tenía intención de zambullirme en ella, ¡literalmente!


¡Ay, queridos lectores! ¡Qué rincón más ideal y divertido descubrí! Me entraron ganas inmediatamente de instalarme aquí a vivir como maniquí de los años 70, porque, aunque no pudiera moverme del escaparate durante varias horas al día, me lo iba a pasar bomba, ¡seguro!

Un antiguo pero activo Seiscientos es utilizado como mostrador.
Con una sonrisa en la boca, entré en este "retro bazar" y África y Luis, cordobesa y madrileño respectivamente, pareja bien avenida donde las haya y propietarios de La Recova, me recibieron felices de poder contarme la historia de este encantador rincón del Madrid más castizo, que han tenido el buen gusto de crear. 
Ella, restauradora y él, filólogo y profesor, se unieron en cuerpo y alma, hace un par de años, para crear La Recova y cubrir un hueco que faltaba en la zona de El Rastro. Sí, todavía había nicho de mercado, queridos amigos.

Luis y África, África y Luis.
Pero...¿qué es La Recova? La Recova es una retroalmoneda que acoge piezas de segunda mano, piezas de los años 50, 60 y 70 así como diseño nórdico e industrial, combinando maderas, hierro y acero, formica y plásticos con tapicerías originales, buenos acabados y piezas artesanales. Se vuelcan en lo funcional pero sin olvidar lo decorativo con toques de vivos colores que dan al ambiente un aura apacible pero con destellos mágicos. 

Sus lámparas son maravillosas.
Me contaron que cuando abrieron en marzo de 2009, eligieron un local chiquitín y que recientemente se mudaron a este otro que hoy os doy a conocer en la Plaza del General Vara de Rey, número 7, en Madrid.
Su filosofía e intención es dar a conocer piezas anónimas, (casi ninguna de ellas suele tener firma), con la finalidad de llegar al público en general, con precios muy económicos pero siempre basándose en el diseño y el color. Así que apuestan por piezas originales y las mezclan sabiamente con reproducciones de los mismos años. El resultado es sencillamente ¡perfecto!


Podemos decir que en La Recova le dan una segunda oportunidad  a los muebles de nuestros antepasados más cercanos, modificándolos si es necesario para darles una segunda vida adaptada al siglo XXI, pero con el estilo inconfundible y delicioso propio de épocas pasadas.
¿Qué tenéis un mueble de estas décadas y no sabéis qué hacer con él? Comentádselo a estos chicos y ellos os aconsejarán sobre la mejor forma de restaurarlo. La Recova, cual barquero Caronte de la mitología griega, facilita el paso hacia la Otra Vida a los cachivaches más divertidos que la merecen.


Además, se pueden vanagloriar, doy fe, de haber conseguido mantener precios bajos y asequibles, popularizando este tipo de muebles entre todo tipo de bolsillos. Pregunté el importe de varias piezas y lo confirmé. Me interesé por la de menor precio y por la de mayor. La primera, decidí llevármela para casa, un psicodélico portavelas de los años 60 y la segunda pensé que tendría que esperar a un mejor propietario, pero os aseguro que su precio no me escandalizó en absoluto. ¡Bravo por estos chicos!


En La Recova adoran los años 50, 60 y 70, como os he dicho, pero hacen también alguna concesión, excepcional eso sí, a los años 20 y 30. ¿Por qué? Por que de éstas dos últimas décadas ya hay más establecimientos especializados y sobre todo porque encarecería el precio medio que aquí se ofrece.


Ésto aporta la ventaja de que, al ser los precios más bajos de lo habitual, la rotación de piezas es mayor al haber más movimiento de venta, con lo cual, si te pasas por La Recova una vez al mes, probablemente, tengas muchas novedades y algunas pérdidas irremisibles por no haber sido rápido en tu decisión de compra. Y es que estos chicos, aparte de la buena publicidad que se hacen con su trabajo y simpatía, son habituales de la revista AD, el "vogue" de la Decoración como le llamo yo, y claro, entre ésto y el boca a boca, no hay manera de que algo aguante a la venta mucho tiempo.

Mi abuelo tenía una lámpara igual en su despacho. ¡Qué recuerdos!
Otra de las exigencias de África y Luis es que todo esté impecable, por eso cuando entras, parece que estás en una casita de cuento y empatizas con ellos cuando te dicen que hasta han llorado al vender algún objeto con el que estaban encariñados.
"Nos gusta más comprar que vender", me dijeron, ¡y qué bien les comprendí sentada en una silla francesa de escay rojo de los años 50!

El cristal es uno de su puntos fuertes.
Como anécdota os cuento que, tanto África como Luis, cuando vuelven a ver a un cliente al que le han vendido algo, le preguntan por ello, para saber qué tal está, dónde lo han colocado... En su facebook tienen una sección titulada "La recova en tu casa", en la que los clientes enviamos la foto del mueble o pieza que hemos comprado, en su nueva ubicación. Sólo quieren quedarse tranquilos sabiendo que tanto el cliente como su adquisición son felices juntos.
La Recova en mi casa sobre un Globe y frente a un Palazuelo. ¡Podéis estar tranquilos, chicos!
La mayoría de las piezas las compran en Francia, donde me cuentan, encuentran también objetos de otros países y donde la cultura de la almoneda es muy madura, fluída y sobre todo profesional, pero por supuesto, cuando se desplazan a cualquier rincón del mundo están alerta, buscando maravillas que traernos.

Costurero francés de los años 60.

Me chifla este sifón.
Y vayamos a lo práctico. ¿Cuándo podemos pasarnos por aquí? A excepción del lunes que es el día en que África y Luis "descansan", podemos acercarnos todos los días de la semana durante toda la jornada. Y los sábados y domingos, sólo por la mañana. Y si, por cualquier causa de fuerza mayor, solo puedes venir un lunes, habla con ellos porque puede ser que hagan una excepción y puedas concertar una cita en La Recova sin problema.


Si no vivís en Madrid, ¿podéis comprar en La Recova? Pues sí. Aunque la web no está diseñada como una tienda on line al uso, podéis contactar con África y ella os explicará, os dará medidas y todas las características que queráis. Y si os decidís a comprarla, os enviarán la pieza seleccionada.
Además, a final de mes, siempre hay descuentos, ¡las Recobajas! Si te suscribes a su boletín mensual, te enterarás de qué cositas se han rebajado y qué novedades han entrado. 
Me enamoré de esta fina lámpara francesa.
¡Aún no he terminado! Esta pareja ejerce de mecenas del arte, ya que, en el espacio La Recova se exponen pinturas de artistas noveles, con precios similares al del resto de piezas y que van cambiando en cada temporada para que no os aburráis con nada.

Silla de arquitecto de los años 50.
Y ahora sí termino. Deciros que nos os arrepentiréis de vuestra visita a La Recova y que, si os gusta, como a mi, viajar en el tiempo hacia atrás, mejor que sea de la mano de H.G. Wells y su máquina del tiempo o de gente encantadora como estos chicos, que os guíe con cariño en el periplo. ¡No lo dudéis!

Luis, Sylvie y África.
Como siempre, os recuerdo la dirección que hoy os recomiendo.
LA RECOVA.
Plaza General Vara de Rey, 7.
Madrid.
911283894 - 667713654
¡A disfrutar y comprar!¡ Muy feliz semana!

Sylvie Tartán.