"Lo bueno, si breve, dos veces bueno".

Queridos amigos, sí, esta semana he decidido adoptar como emblema uno de mis refranes favoritos: "Lo bueno, si breve, dos veces bueno". 

Ha sido la necesidad y no otra cosa, la que me ha hecho zambullirme en el sabio refranero español para buscar sólidos argumentos, casi jurídicos, que justifiquen cierta ausencia por mi parte. Y es que me encuentro ahora mismo volando por los aires para cumplir con mis obligaciones laborales y poder así seguir financiando la existencia de El Purgatorio. 

¡Qué diría la Iglesia si desapareciera! ¿Dónde se purificarían entonces las almas? Es una responsabilidad enorme y me debo a ella.

Pero como no doy puntada sin hilo, no quiero dejar de haceros una pequeña recomendación de mi particular Airport Shopping. Exclusiva para bebedores-glotones como yo.

Y es que pasando revista a la sección de dulces de la T4 madrileña, me he encontrado este pequeño bar en miniatura para los locos amantes del chocolate y de las bebidas espirituosas que nos ofrece la marca danesa Anthon Berg, desde el siglo XIX  haciendo felices a millones de personas.

Rellenos de champagne, ron, whisky, vodka, cognac... y con el envoltorio propio de cada uno de los licores, estas botellitas de chocolate con corazón de ambrosía son ideales para llevar como minibar en tus viajes y poder darle así una alegría al cuerpo en pleno vuelo, sin necesidad de moverte del sitio ni de liarte con el piloto o la azafata y poner en peligro a todo el pasaje. Pensad, además, que cualquier vuelo puede ser el último...

Y mientras disfruto de mi destilería y sobrevuelo territorio nacional, os recuerdo que a mi regreso, si todo va bien, os espera un nuevo número de "La Tournée des Restaurants & Bistrots" que ya tenemos en imprenta.
Por cierto, y para que vayamos aprendiéndonos el santoral y no sólo se feliciten en este país a las cármenes, pilares, juanes y josés, os informo que mañana 3 de noviembre es Santa Silvia, o Santa Sylvie, como prefiráis.
Que vuestros próximos días sean maravillosos y que me echéis tanto de menos como yo a vosotros, ¡un beso enorme!

Sylvie Tartán.